En ocasiones querer empoderar, querer otorgar, querer dar algo a alguien más de valor. Te quiero contar la historia de uno de los tratos que perdí en California. Yo me encontraba precisamente dando una clase, creo que era en San Mateo, California.
Era un jueves. Creo que era un jueves. Me levanto el día siguiente. Busco un trato y encuentro un trato disruptivo. ¿Y lo más interesante es que yo tenía una clase que estaba dando en ese fin de semana de viernes a domingo y lo más curioso fue que dije sabes qué es la hora de un receso? Hago la oferta o me comunico con el agente y le dejó saber obviamente lo que quiero ofrecer por la propiedad.
Y lo curioso es que no hubo ese receso. No me dio espacio en este caso para hacerlo. Al menos así fue como me vendí la historia yo mismo. Lo más curioso es que después del viernes dije: ” Sabes que el sábado, el sábado, el sábado, sino el lunes, que no creo que se vaya a ir tan rápido”.
Estamos hablando de un trato en los millones sobre millones de dólares eran 22 unidades, 22 puertas y lo más interesante fue que le marcó el lunes tempranito ocho de 08:15. Me contesta y me dice Raúl, acabamos de poner en contrato y dije cuando dice el domingo, el día de ayer a qué curioso, fíjate nada más el asunto. El trato tenía más de 2 millones de dólares en ganancias, ver quien lo comprara, si lo compraba al precio que estaba en el mercado.
Eran 2 millones de dólares. Lo más interesante es que como por dos semanas no pude ni yo mismo perdonarme literalmente de pensar que estaba incubado tres días dando una clase era Los inicios eran los principios de cuando comenzaba a dar clases y me sentí, me sentí mal conmigo mismo. Te voy a explicar por qué. Porque esas clases me costaban.
O sea que aunque las personas pagaban por la clase, yo terminaba, me terminaba costando de la bolsa porque no se alcanzaba a cubrir los gastos de hotel, los gastos de viajar, los gastos completos de todo. Entonces en ese instante me hice una de las preguntas muy profundas, muy importantes. Si iba verdaderamente a dar, iba a empoderar, íbamos a hacer algo grande en una academia, entonces este era el tiempo de hacerlo, porque no podría estar perdiendo tratos tan disruptivos.
Ok, enseñar todo en clases muy pequeñitas y en ese instante se tomó la decisión que no podríamos estar jugando en pequeño, que si de verdad íbamos a hacer historia tendría que ser de manera gigantesca y por eso quise compartirte el costo de dar. Hoy me siento muy agradecido de que haya sucedido de la manera que sucedió. Te voy a explicar por qué, porque no fue costo en verdad.
De hecho fue inversión que el universo entendió que me tenía que dar la lección para aprender, empoderar y transformar, para crear lo que es hoy, el ecosistema que hemos creado para algo más y para un empoderamiento drástico a nivel global, a nivel mundial. Así es que reflexionando, el costo se convirtió en la mejor inversión, solo que uno tiene que ser muy reflexivo para decir frenar los procesos y las enseñanzas que los procesos nos dan.
Y me enseñó que no podía jugar en pequeño, que tenía que hacer clases masivas para que llegara a funcionar, para que verdaderamente nos distrajera y no me hiciera sentir mal de trato que en este caso se habían perdido. Y luego, en base a eso, en base a esa enseñanza, te puedo decir que hace tan solo unas semanas se volvió a repetir el escenario, solo que esta vez sí negociamos.
Si podemos, la propiedad bajo contrato durante el evento, porque se aprendió esa lección.